Notas editoriales

Desde el pasado 2 de febrero, los operadores de carga aérea en México entraron en una cuenta regresiva para mover sus operaciones del Aeropuerto Internacional Benito Juárez de la Ciudad de México (AICM) hacia el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA).

Con el anuncio de este decreto, inició un proceso de reconfiguración en la cadena logística del transporte mexicano de carga aérea, así lo señaló Bertha Martínez Cisneros, docente y coordinadora de la Licenciatura en Logística Internacional en CETYS Universidad Campus Mexicali.

Para la docente, la expectativa de mover esta parte de la cadena logística aérea mexicana a más tardar el 05 de julio del 2023, puede significar varios restos en cuanto a la viabilidad operativa y económica del traslado.

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“El movimiento de la carga aérea se da tanto en aviones exclusivos para carga como en aviones de pasajeros (belly freight), pues la mercancía se transporta en la bodega de carga del avión […] Con el decreto se considera que quedan exceptuados de salir del AICM los concesionarios y permisionarios que presten servicios combinados de pasajeros y de carga, siempre que la carga sea transportada en las mismas aeronaves que los pasajeros, lo cual crea la necesidad de conectar físicamente entre AICM y otro aeropuerto. Es el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) el que se está considerando para mover las operaciones de carga área”, explicó la coordinadora.

Agregó que, considerando que la distancia entre el AICM y el AIFA es de 45 kilómetros aproximadamente, se debe tener en cuenta un posible desfase de tiempos entre aviones que estén conectando cargas urgentes/servicios exprés con aviones de pasajeros y viceversa, por las condiciones de tráfico terrestre entre los dos aeropuertos.

Para la cadena de logística de carga aérea mexicana, esto implica la necesidad de reconfigurar las rutas y tiempos de origen y destino final de la carga, para determinar si pasarán o no por el AIFA, si solo pasarán por el AICM o si tendrán que trasladarse de un aeropuerto al otro.

La experta agrega que las empresas de carga y mensajería tendrían que contar con equipo e infraestructura especial para realizar estos movimientos internos entre sus aeropuertos con las consideraciones correspondientes, en cuestión de operaciones aduaneras en caso de venir o ir a un destino fuera de México.

En el caso de las empresas de servicios mixtos, como Qatar Airway, Lufthansa y KLM, señaló que será necesario que busquen cómo dividir o relocalizar su personal en ambos aeropuertos, y sus instalaciones y capacidad operativas tendrán que duplicarse en espacios y equipos para poder dar cumplimiento al decreto.

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Por su parte, DHL, UPS y FedEx tendrán que desplegar estrategias operativas entre AICM y AIFA para rescatar la carga aérea que deberá ser transportada entre aeropuertos y que esta pueda alcanzar su vuelo de conexión a su siguiente destino, lo cual conlleva un costo adicional para las empresas de mensajería y paquetería en sus servicios, especialmente los internacionales.

“Para la logística de carga aérea mexicana está a punto de romperse el paradigma del gran Aeropuerto de la Ciudad de México. Como ocurre en todas las transiciones, será bajo un clima de incertidumbre y aprendizaje por parte de los actores involucrados, pero que seguramente resultará en un movimiento hacia adelante en la competitividad de nuestro país. Estamos ante un hito en la logística aérea mexicana, seguro tendremos un antes y un después de este decreto”, concluyó la docente.