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De acuerdo con el mercado internacional de materias primas, el incremento de este combustible es de más de 300% en lo que va del año
Alrededor del 17% del Producto Interno Bruto (PIB) de México es generado por la actividad industrial manufacturera, la cual, para funcionar, requiere de gas natural.
Por ello, el incremento en el precio de este combustible de más de 300%, en lo que va del año —según el mercado internacional de materias primas —, es sin duda un factor que afecta no solo a este sector productivo, sino a la economía nacional.
De acuerdo con el reporte “Gas natural en México”, de la consultora Deloitte, el gas natural es uno de los combustibles fósiles más utilizados por el sector industrial en México y se espera que su uso continúe creciendo, desplazando incluso la utilización de otros energéticos como el gas LP o el carbón.
Este hidrocarburo es utilizado como materia prima en industrias como la química y la de plásticos; y como combustible en industrias como la metalúrgica, en donde se usa como energía para el desarrollo de procesos productivos en las fábricas.
Concretamente, el gas natural se utiliza como fuente de energía en las calderas industriales (entre otros sistemas de calentamiento) para la producción de metales, plásticos, cauchos, cemento, vidrio y cerámica.
Asimismo, como materia prima se utiliza en procesos de obtención de productos químicos como metanol y etileno, y para producir amoniaco, compuesto químico utilizado en los fertilizantes.
Además de las aplicaciones antes descritas, el gas natural también se utiliza en sistemas de control de humedad, sobre todo en plantas de los sectores farmacéutico y plástico, en donde la regulación de la humedad es crucial para la conservación de ciertos productos.
También, este hidrocarburo es utilizado para la generación de vapor, en el tratamiento de desechos, en tratamientos térmicos y en procesos de refrigeración y calefacción.
El gas natural es un elemento clave para el desarrollo de la industria nacional y, pese al alza de su precio, continúa siendo un energético económicamente viable, ya que su valor está por debajo de los 3 dólares por MBTU, mientras que otros energéticos están 2 y hasta 10 veces más caros, según datos del Prontuario Estadístico de la Secretaría de Energía (Sener).
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“En México tenemos casos emblemáticos de desarrollo como la zona metropolitana de Monterrey, una de las urbes más industrializadas y que en mucho se explica por la llegada de este energético que permitió que acereras, cementeras y vidrieras y muchos otros sectores aumentaran su competitividad", explica Jorge Sandoval Toscano, director de la Asociación Mexicana de Gas Natural (AMGN), en su reporte “Gas natural, el mejor aliado de la economía del país”.
Pero no solo la industria del Norte del país se ha beneficiado de este hidrocarburo, también la industria automotriz asentada en el Bajío es una gran consumidora de gas natural, lo que, de acuerdo con Toscano, ha ayudado a que la competitividad e inversión extranjera directa de esa región sea mayor a la de la media nacional.
“Sabemos que el gas natural ha tomado gran relevancia en todas las economías del mundo, principalmente por su costo. Industrias como la eléctrica, petroquímica, automotriz o acerera han migrado al gas natural por encima de otros energéticos como el diésel, carbón y gas licuado de petróleo”, acota.
Escenario actual
Pese al alza en su precio, el gas natural continúa siendo rentable para su uso industrial. No obstante, las variaciones en su precio, el desabasto intermitente (como el ocurrido en febrero del año en curso) e incluso los cambios en las leyes mexicanas, son temas que permanecen en el radar de los usuarios de este hidrocarburo.
Sobre el alza en su precio, el especialista en el tema, Amín Vera, subdirector de Análisis Económico en Black Wallstreet Capital, ha mencionado en diversas ocasiones que se debe principalmente a la inflación registrada en países como Estados Unidos, pues al ser una materia prima de uso industrial, su valor está vinculado a su economía.
Otro factor que ha afectado el valor del gas y que además se agudizará al final del año, es la llegada del invierno, pues el hidrocarburo se utiliza en sistemas de calefacción, por lo que durante el invierno suele haber un incremento estacional en su precio.
Con respecto al desabasto, es un tema que preocupa, pues México importa 72,5% del gas natural que consume desde Estados Unidos, según cifras de la Sener, por lo que, se puede afirmar, se trata de una relación dependiente en la que si el vecino del Norte falla, México se queda a la deriva.
El tema de la dependencia se avivó durante febrero de este año, cuando los ductos de gas natural de Texas se congelaron por las bajas temperaturas, provocando el desabasto del hidrocarburo que derivo en la inoperabilidad de múltiples plantas productivas ubicadas en México. En total, de acuerdo con una encuesta realizada por el Consejo Coordinador Empresarial (CCE), el 70% de las empresas en México que encuestaron reportaron afectaciones por el corte de electricidad y el desabasto de gas natural de febrero.
“En la medida en que México tenga el desarrollo de sus propios recursos de gas natural tendrá más fortaleza y opciones para no verse perjudicados ante las variaciones por contingencias naturales que existan en otras latitudes”, señaló entonces la Cámara de Industriales de Nuevo León (Caintra), sobre el tema.
Finalmente, la Confederación de Cámaras Industriales de los Estados Unidos Mexicanos (Concamin) señala en su informe titulado ‘Análisis de la Reforma Constitucional del Sector Eléctrico y sus implicaciones”, que la Reforma Energética propuesta por el ejecutivo federal podría encarecer aún más este y otros energéticos, pues, de acuerdo con el organismo, se “privilegiaría la generación eléctrica de CFE, que es más cara que la del sector privado, y se obligaría a las empresas a comprar energía a CFE a precios más altos, generando presiones inflacionarias”.
Por su parte, los defensores de la reforma han argumentado que, bajo las leyes vigentes, las grandes empresas pagan tarifas mucho más bajas que los consumidores domésticos, además de que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) no ha podido ser rentable ante los cambios de la última reforma del sector.
Sin duda, son muchas las variables que inciden en el precio del gas natural. No obstante, algo es seguro, el uso de este hidrocarburo continuará creciendo en la industria nacional, como apunta Deloitte, por lo que tanto el sector público, como el privado, tendrán que poner especial atención en las acciones y factores exógenos que incrementan su valor.
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