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Es preocupante la lentitud que muestra la recuperación de la economía en medio de la pandemia
Aquí y en China, el consumo y la inversión son los dos principales motores del crecimiento económico. En artículos anteriores se abordó la problemática que enfrenta nuestro país en materia de inversión, para encontrar que ese motor experimenta una sensible perdida de potencia, está fuera de tiempo y se encuentra en espera de un servicio de mantenimiento y hasta de ajuste mayor.
Así que toca el turno de revisar en qué estado se encuentra el segundo motor… el del consumo. Lamentablemente, en este caso tampoco tenemos buenas noticias ya que este importantísimo componente del “powertrain” nacional tampoco goza de buena salud, y lo que es peor, está pasando aceite.
Lea también: Economía mexicana: ¿Por qué la recuperación no ha sido constante? (Parte 1 de 4)
Para comprobar la afirmación anterior en forma directa y sin escalas innecesarias, basta observar la información de los gráficos de este artículo en los que se muestra información sobre el comportamiento del consumo nacional, medido a partir del Indicador Mensual del Consumo Privado en el Mercado Interior (IMCPMI) en los primeros semestres de los años 2018, 2019, 2020 y 2021.
Los mexicanos consumen menos
Lo primero que salta a la vista en el gráfico, relacionado con el consumo de bienes nacionales e importados, es que en el primer semestre de este año (1S-21) el IMCPMI Total cerró en 110.4 puntos, nivel 7.9% mayor al reportado en el 1S-20, pero que sin embargo resulta -4.6% inferior a los 115.7 puntos registrados en el 1S-19 y -3.8% menor a los 114.8 puntos que promedió este indicador en el 1S-18.
Esta disminución de entre 3 y 5 puntos porcentuales en el índice del consumo nacional con respecto a los dos años anteriores a la pandemia de Covid-19, no es poca cosa para un país en el que el consumo interno ha sido el talón de Aquiles de su economía desde hace ya más de 20 años y, en el que, la mitad de su población reporta niveles de consumo que lindan o rebasan los umbrales de la pobreza.
Consumo malinchista
Pero esta no es la única mala noticia relativa a la dinámica del consumo nacional, en el mismo gráfico se aprecia que el subíndice que mide el consumo de bienes de origen nacional creció apenas 5.8% contra el nivel del 1S-20 y que se encuentra en -6.0% y -5.2% debajo de los registros del 1S-19 y del 1S-18, mientras que el subíndice de consumo de bienes importados aumentó 27.7%, con respecto al 1S-20 y se encuentra ya 7.5% y 5.4% arriba de los niveles registrados en el 1S-19 y en el 1S-18 en ese orden.
¿Qué quiere decir toda esa información?
Lo que dice, expresado en pocas palabras, es que el principal vector de la insuficiente recuperación del consumo nacional proviene de la importación de bienes extranjeros, mientras que el consumo de bienes nacionales continúa rezagado y muy por debajo de los niveles que tenía en años anteriores.
¿Y eso es malo?
Desde una perspectiva macroeconómica sí lo es, ya que el gasto en consumo de bienes importados es dinero que se va al extranjero y deja de generar efectos multiplicadores sobre el ingreso y el consumo nacional.
No solo de pan viven los hombres
Una tercera mala noticia con relación al consumo tiene que ver con el hecho de que el único segmento del consumo nacional que ha logrado recuperarse plenamente e incluso ha comenzado a crecer, es el de bienes de consumos no duraderos, es decir el consumo básico (alimentos, bebidas y algunos otros bienes de importancia marginal).
Lea también: Economía mexicana: ¿Por qué la recuperación no ha sido constante? (Parte 2 de 4)
En ese sentido, el siguiente gráfico, relacionado con el consumo de bienes duraderos y no duraderos muestra que, al cierre del 1S-21, el subíndice de consumo no duradero alcanzó un puntaje de 111.1, que resulta 4.6% mayor al registrado en el 1S-20, y 1.4% y 1.5% arriba de los niveles del 1S-19 y del 1S-18.
De acuerdo con expertos en el tema, ese pequeño crecimiento del consumo no duradero se debe parcialmente al crecimiento de las remesas de nuestros paisanos en territorio gringo y en menor medida es resultado de la derrama de ingresos generada por los programas sociales del gobierno de la 4T.
Aunque esta es una buena noticia a secas, el problema está en que ese lánguido crecimiento del consumo no duradero, como en el mismo gráfico, se encuentra muy lejos de compensar el deterioro más severo en los subíndices de consumo duradero y semi duradero.
Como se puede observar en el gráfico, el indicador de consumo duradero reportó un puntaje de 111.3 en el 1S-21 que supera en 24.5% el puntaje del 1S-20 y en 0.6% el del 1S-18, sin embargo, ese repunte se quedó muy corto para alcanzar los 120.3 puntos que registraba este subíndice en el 1S del 2018, por lo que este indicador en el 1S-21 mantiene un rezago de -7.5% con respecto al nivel que tenía en el 1S-18.
En el caso del subíndice de consumo de bienes semi duraderos el rezago es mucho más relevante, ya que a pesar del vistoso pero insuficiente repunte de 38.7% contra el 1S-20, el nivel de este indicador aún es -14.3 y -14.2% inferior a los registros de los primeros semestres del 2019 y 2018.
Y finalmente una cuarta mala noticia en materia de consumo nacional, es la preocupante lentitud que muestra la recuperación de los niveles de consumo de servicios. A ese respecto, la información del primer gráfico muestra que en el 1S-21 el subíndice de consumo de servicios solo mejoró en 2.0% respecto al bajo nivel del 1S-20, por lo que se mantiene -10.5% y -8.6% debajo de los niveles del 1S-19 y 1S-18.
Para poner sobre un mejor contexto el rezago de los niveles de consumo duradero y semi duradero basta mencionar que la suma de esos dos segmentos de consumo representa alrededor del 75% del consumo total de bienes a nivel nacional.
Lea también: Economía mexicana: ¿Por qué la recuperación no ha sido constante? (Parte 3 de 4) y Parte 4 de 4
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