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Power skiving en la industria automotriz La electrificación automotriz redefine la fabricación de engranajes: el power skiving emerge como alternativa flexible y eficiente.

La transición hacia la movilidad eléctrica está obligando a los fabricantes de automóviles a replantear procesos productivos clave, como el mecanizado de engranajes.

El pronóstico de la Agencia Internacional de Energía estima que, antes de 2030, circularán casi 350 millones de vehículos eléctricos en el mundo.

Este cambio de escala plantea nuevos retos técnicos en precisión, reducción de ruido y flexibilidad en la producción.

Los métodos tradicionales de mecanizado de engranajes —tallado, fresado, moldeo o brochado— ofrecen resultados comprobados, pero con limitaciones.

Exigen múltiples máquinas, plazos más largos y menor flexibilidad ante geometrías complejas. En un contexto donde los vehículos eléctricos requieren menos relaciones de transmisión pero tolerancias más estrictas, los procesos convencionales muestran restricciones frente a nuevas demandas.

Proceso continuo

El power skiving surge como una alternativa al integrar operaciones en máquinas multitarea. Con herramientas de corte especializadas, este método ofrece ciclos más rápidos, tolerancias estrechas y menor generación de residuos.

Su capacidad para producir engranajes helicoidales y perfiles atípicos lo convierte en un proceso adaptable tanto para altos volúmenes como para diseños específicos.

Además, simplifica la configuración y permite a los fabricantes reducir horas de mecanizado, como lo demostró un caso de éxito con la herramienta CoroMill 178, que redujo tiempos y extendió la vida útil del útil de corte.

La herramienta presentada por el fabricante sueco, Sandvik Coromant, es parte de su familia CoroMill, diseñada para cubrir desde desbaste hasta acabado, con aplicaciones en engranajes internos y externos.

Complementariamente, su software ESCO y la solución InvoMilling permiten programar múltiples perfiles en máquinas multitarea, ofreciendo flexibilidad para lotes pequeños y plazos reducidos.

Esta integración tecnológica refleja cómo la electrificación no solo cambia los vehículos, sino también los cimientos del mecanizado industrial.

El futuro eléctrico del transporte dependerá en buena medida de procesos que equilibren velocidad, precisión y sostenibilidad. Power skiving se perfila como uno de ellos, no solo por su capacidad técnica, sino por su papel en la competitividad de la industria automotriz en un entorno en transformación.

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