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La maquinaria y el equipo bien lubricados son vitales para el negocio y sus ganancias.
Sin embargo, muchos fabricantes no se dan cuenta de lo mucho que sus ambientes de operación pueden afectar a los lubricantes.
Complejidad
En un programa de grasas, puede existir complejidad en diferentes formas; no obstante, todas pueden afectar los costos, productividad y eficiencia del equipo.
A continuación, hablaremos de algunos de los ejemplos más comunes dónde se puede presentar:
Demasiadas grasas. La mezcla entre productos provoca experimentos no planeados de compatibilidad, por lo que se aumenta el riesgo de utilizar la grasa incorrecta para el equipo.
Almacenamiento y manipulación. Las prácticas ineficientes de inventario aumentan el costo general de grasas. Además, es posible que existan problemas de identificación ocasionados por utilizar múltiples marcas.
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Engrasado de más o de menos. Si bien demasiada grasa puede dañar los sellos y provocar exceso de calor, muy poca grasa puede provocar escasez de lubricante. Ambos derivan de la falta de capacitación y claridad en un programa de grasas.
Múltiples proveedores. Esto puede llevar a que los procesos de compra sean ineficientes y complicados, así como a tener recomendaciones de productos y de uso contradictorios, provocando confusiones innecesarias.
En este sentido, es necesario adecuar y simplificar el programa de grasas para eliminar la complejidad de cada categoría y con ello reducir el tiempo de inactividad mientras se aumenta la productividad.
¿Cómo comprender las grasas?
La grasa se compone de aceite, espesantes y aditivos. Entender cómo funciona cada componente puede ayudar a tomar las decisiones correctas para cada necesidad.
Aceite (de 80 a 90%). El aceite forma una película lubricante entre las superficies metálicas para reducir la fricción y evitar el desgaste. Los aceites de alta viscosidad (más espesos) evitan el desgaste en aplicaciones de baja velocidad, mientras que los aceites de baja viscosidad (más diluidos) funcionan mejor en aplicaciones de alta velocidad.
Espesante (de 10 a 15%). El espesante mantiene el aceite en su lugar hasta que, desencadenado por el movimiento o la temperatura, se libera. Los espesantes comunes incluyen el complejo de litio, el sulfonato de calcio y la poliurea. El espesante es la principal característica al considerar la compatibilidad, y también transmite otras características esenciales a las grasas.
Aditivos (de 5 a 10%). Los aditivos mejoran o agregan características más allá de lo que pueden proporcionar el aceite y el espesante. Algunos ejemplos incluyen protección contra el desgaste bajo condiciones de deslizamiento, resistencia a la oxidación, protección contra la herrumbre y la corrosión, y modificaciones de fricción.
Es así que la consolidación de grasas requiere el
entendimiento de sus aplicaciones específicas.
Además, es necesario que se considere dónde se utilizará; por ejemplo, en entornos cerrados –normalmente climatizados– o abiertos –potencialmente con calor o frío extremos–, factores que pueden influir en la selección correcta.
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