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Si bien los empaques de plástico participan en toda la industria alimentaria cumpliendo una amplia variedad de funciones, entre ellas la reducción del desperdicio de alimentos, la percepción pública de estos materiales está dominada por los aspectos del final de su vida útil, es decir, cuando se convierten en residuos y se encuentran en entornos urbanos, rurales y marinos.
El empaque es, por naturaleza,
transitorio. La mayoría se desecha
después de su uso, con una vida útil
corta, menor a un año.
Durante la plática “Criterios de circularidad y reciclabilidad de los empaques plásticos”, organizada por Plastics Technology México y liderada por el ingeniero químico Adrián Méndez Prieto, consultor independiente en temas relacionados con plásticos, se explicaron las cualidades que se deben buscar en este tipo de productos:
Efectividad: El empaque debe ser adecuado para su propósito y agregar valor tanto al producto como al consumidor; además, debe proporcionar protección adecuada contra las influencias ambientales como el oxígeno, la humedad o la luz.
Eficiencia: De acuerdo con el experto, el uso de materias primas, emisiones, energía y generación de residuos deben minimizarse a lo largo de todo el ciclo de vida. La evaluación del ciclo de vida de los empaques de plásticos tiene en cuenta el impacto medioambiental, por lo que registra la cantidad de CO2 equivalente que emiten durante este tiempo.
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Seguridad: El embalaje seguro está diseñado para minimizar los riesgos para la salud, la seguridad de los seres humanos y los ecosistemas a lo largo del ciclo de vida. En este sentido, los materiales y componentes utilizados, incluidos aditivos como tintas y pigmentos, no deben representar ningún riesgo; esto, de acuerdo al tipo de material que se utilice.
Circularidad: El empaque cíclico está diseñado para maximizar la reutilización y recuperación de los materiales utilizados, considerando la durabilidad, el uso de materiales renovables o la sustitución total de materiales vírgenes del mismo tipo. Con ello, será más sencillo aplicar los principios de la economía circular.
La industria está sujeta a la presión de diferentes prioridades de los consumidores, productores y minoristas, quienes
perciben que los envases de plásticos no siempre agregan
valor al producto.
Respecto al ciclo de vida de los empaques plásticos, Méndez Prieto señaló que actualmente comprende el antes, durante y después del uso; por lo que se centra en el reuso o reciclaje.
Así, da inicio en la producción de materias primas y transita por el diseño y fabricación del empaque, pasan ser distribuido y consumido como envases de alimentos, y finalizan en recolección y clasificación de residuos, que puede ser para reciclaje, composteo o recuperación de energía.
El reciclaje aún presenta problemas por resolver.
Por ejemplo, que la mayoría de los materiales reciclables terminan en tiraderos; que la información sobre reciclaje es confusa, no estandarizada y difícil de entender, o que la separación de materiales plásticos en los sistemas de acopio es ineficiente.
En este sentido, es necesario promover la circularidad de los empaques plásticos y para obtener empaques sustentables existen cuatro puntos clave:
Reducción de materiales: El ciclo de vida de los productos plásticos, incluido el reciclaje, se debe considerar en la fase de diseño, el cual debe tener como objetivo minimizar la cantidad de plástico utilizado. Es importante que en cada etapa del ciclo de vida del plástico se busque minimizar este material en el medioambiente, además de conocer el tipo de plástico que cada uno representa.
Estructuras monomateriales: Los monomateriales son una alternativa más sustentable pues permiten un reciclaje de empaques plásticos más eficientes y facilitan la reciclabilidad, ya que eliminan la necesidad de separar componentes y con ello los riesgos de contaminar el reciclaje.
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Diseñar para reutilizar: El empaque reutilizable tiene que garantizar la calidad del producto a lo largo de su vida útil. Es importante elegir un modelo de reutilización que no genere un impacto que exceda el impacto ambiental total; además, se debe diseñar el embalaje reutilizable para que se pueda reciclar cuando ya no se pueda reutilizar (de acuerdo con el principio de reciclaje circular).
Diseñar para reciclar: El diseño del empaque, además de contemplar los requisitos del producto y su conveniencia, debe considerar el ciclo de vida del producto y las posibilidades para que este sea reciclado después.
Por último, Méndez Prieto enfatizó que para que un producto sea considerado reciclable debe cumplir con algunas condiciones como ser material previamente clasificado e incorporado en lotes lo más homogéneo posible, sin embargo, se necesita una infraestructura de recolección y separación adecuada para poder realizar el reciclado mecánicamente correcto.
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