Notas editoriales

En efecto, entre las empresas como entre las personas, las comparaciones también pueden ser odiosas, sobre todo si éstas “nos ponen en evidencia”, pero debiera ser positivo si es que realmente estamos dispuestos a que nos ayude a mejorar. 

Ahora bien, para que las conclusiones de una comparación entre empresas sean valiosas, es importante que se comparen “peras con peras”, para lo que hay que tomar en cuenta condiciones similares tales como tamaño de empresas similares a la tuya, localización geográfica, tipo de industria sólo por mencionar algunos.

Dicho lo anterior hoy te platico sobre una herramienta basada en las comparaciones: el “benchmark”, la que no es muy utilizada en México, creo yo por esa resistencia cultural
que tenemos a medirnos.

Te comparto una de las definiciones que al respecto recién leí sobre el “benchmark”: “Es un punto de referencia que consiste en un estudio profundo sobre cómo están actuando tus competidores en tu mercado, para que puedas replicar o mejorar algunas de sus estrategias y/o métricas de desempeño”.

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Ya dijimos que las comparaciones pueden ser odiosas, pero también muy valiosas si contamos con esa apertura mental para la mejora continua. Si el escenario te incomoda te felicito, vas por buen camino quiere decir que cuentas con esa apertura y que a menudo se justifica con frases (y actitudes) como: “aquí es diferente”, “así nacimos y así morimos”, “todo es culpa de los anteriores”.

Es decir, lo valioso consiste en la capacidad de convertir esa incomodidad, en un área de oportunidad: tus costos de producción son más altos que la media de la industria, tu tiempo de respuesta es más lento que el de tus competidores, tus niveles de inventario están muy elevados con respecto a otras empresas de tu sector, tu inversión en tecnología es menor al promedio, tu rotación de personal es alta, tus clientes no están tan satisfechos como con tu competencia, tu página web no es intuitiva y es lenta, tu personal no está tan capacitado, sólo por mencionar algunos conceptos.

Anoté aquí, únicamente puntos de mejora para fines explicativos, pero por supuesto que también puedes estar arriba de tu competencia en algunos de ellos, lo que representa un reto diferente, el de mantener.

Existen sitios con herramientas para hacer un “benchmark”, a las que te puedes suscribir y así recibir información de las métricas y tendencias de empresas
en tu industria. 

Puedes utilizar las de empresas similares para definir estrategias a corto plazo y también compararte con empresas líderes, para definir las de largo plazo con la visión de hasta dónde quieres llegar.

Se vale que “tropicalices” las cifras (no tanto) para tener una comparación más valiosa para ti y tu empresa y así una conclusión válida (peras con peras), pues como apunta la definición que recién te compartí, el “benchmark”, es solo un marco de referencia.

Si utilizas el “benchmark” con un enfoque de innovación, mejora continua e inteligencia de negocios, utilizando también otras herramientas complementarias como análisis de datos (“big data”) o la inteligencia artificial, seguramente podrás llevar a tu negocio a otro nivel, definiendo planes y acciones concretas para la mejora de tus procesos y por ende las métricas que hoy tienes. 

Te aseguro que tus consejeros, directivos, empleados, pero sobre todo tus clientes, te lo van a agradecer.

Sé que hay algunos pensadores que van en contra de la comparación, porque dicen que puede inhibir la innovación, pero yo creo que no, todo depende de la inteligencia y propósito con que lo hagas. Comparar no implica copiar.

Las musas de la inspiración no llegan sin invitación y como dijo Picasso “que cuando lleguen que te encuentren trabajando” (yo agregaría “y preparado”).