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El T-MEC y la regionalización en las operaciones de las OEMs podrían beneficiar a los proveedores nacionales
La pandemia y sus efectos secundarios en la industria han propiciado que las grandes OEMs replanten el modelo de proveeduría global que venían desarrollando desde hace décadas, esto derivado del retraso y hasta la escasez de materiales generada desde lugares tan remotos como Asia.
Dicho problema incluso ha paralizado varias líneas de producción en sectores como el automotriz y por ello retomar la regionalización de proveeduría como alternativa es la ruta que en los próximos años seguirán varias de las grandes compañías.
Frente a este panorama, a los proveedores mexicanos dedicados a la fundición y a la forja se les presenta una gran oportunidad de integrarse a la cadena de valor en la zona de Norteamérica, esto de la mano de las exigencias de contenido regional establecidas en el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
Al respecto, Veronika Atusakova, líder de compradoras de fundición y forjas en EATON, reconoce la importancia que México tiene en sus operaciones.
“EATON es una empresa global que tiene presencia en varios sectores como el aeroespacial, automotriz y eléctrico, por citar algunos. Así que tenemos necesidad de este tipo de componentes para todas nuestras divisiones.
Nuestro volumen de compra de fundición para nuestras plantas de Norteamérica es de cerca de 200 millones de dólares, de los cuales —en promedio— 65% corresponden a México y eso lo convierte en el país con más con mayor volumen de compras.
Si hablamos de fundición de aluminio, tenemos menos de 10 proveedores, y en cuanto a fundición de hierro ninguno, pues todo se adquiere de Estados Unidos y Canadá. Por ello, estamos en la búsqueda de más proveeduría local”, señaló.
Integración de proveedores locales
Elizabeth Mora, líder de compradoras de tren motriz de Volkswagen, armadora automotriz que cuenta con cinco plantas en Norteamérica, reconoce que la fundición también es parte de la esencia de sus procesos al interior la compañía y debido a ello sus operaciones relacionadas con proveedores mexicanos también fortalecen su cadena de valor.
“El grupo Volkswagen está hecho de aliados y de socios estratégicos. Por ello, no solamente tenemos conocimiento en el ensamble de autos, pues también estampamos componentes y participamos en procesos de fundición de hierro modular y de aluminio”, indicó.
Además, la líder de la transnacional de origen alemán enfatizó que en la transición de los vehículos de combustión interna hacia los que funcionan con un motor eléctrico, cada vez será mayor la implementación de piezas de aluminio que logren hacer más ligeros a los automóviles.
“Las piezas de aluminio pasaron de ser solamente aplicaciones de motor hacia elementos estructurales, hacia marcos de batería en los autos híbridos y ahora eléctricos. Así que para nosotros el aluminio tiene una importancia enorme, pues además es reciclable.
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Debido a ello, nuestro objetivo es poder integrar a la cadena de valor a todos los proveedores locales y en este sentido hemos localizado 30 proveedores ubicados en Norteamérica, de los cuales 14 son mexicanos que fabrican desde lo que llamamos galletas de aluminio hasta enormes carcasas de transmisión”, manifestó.
No obstante, la representante de Volkswagen advierte la necesidad de agrupar a proveedores de fundición y forja de distintas piezas para que en un mismo espacio puedan generar un mayor valor a su producción.
Hemos visto las necesidades de clusterizar a los proveedores y lograr que generen una sinergia para fabricar piezas que no resulten costosas y que además cuenten con el expertise de los herramentistas, de tal manera que puedan estar por lo menos en la primera fase de proyectos para lograr competitividad.
Por su parte, Omar Mendoza, comprador de componentes para cajas de dirección en Nexteer Automotive, se suma a las voces que vislumbran un crecimiento en las actividades de fundición y forja que se llevan a cabo en el territorio mexicano.
“Nexteer tiene presencia global, con 29 plantas, cinco de ellas en México y cuatro en Estados unidos. Sus volúmenes de compras de material de fundición que rondan entre 200 y 260 millones de dólares. De esta cifra el 60% se utiliza en México. Sin embargo, tenemos una proyección de crecer 30% en los cinco años y de ahí la necesidad de buscar mayor proveeduría local.
Así que, de la mano del T-MEC, existe una gran oportunidad para los fundidores mexicanos de sumarse a nuestra cadena de proveeduría, pero deben estar preparados para competir con Asia. Además, resulta primordial que cuenten con sub proveedores locales, tanto para sus materias primas como para todo o que requieren en su cadena de valor”, expresó.
La necesidad de un gran salto
Patricio Gil, expresidente de la Asociación de Fundidores de Norteamérica, advierte que la producción mexicana podría elevarse a merced de la oferta de un mercado como el estadounidense cada vez más alejado de dicha actividad.
“En Estados Unidos se está complicando la atracción de ingenieros enfocados a la fundición, además de que varias de sus fundidoras son viejas y han quedado dentro de las ciudades, lo cual por restricciones ambientales limita sus operaciones.
En contra parte, en México se cuenta con fundiciones nuevas y con una alta oferta de ingenieros que egresan de las universidades con deseos de trabajar en forja y fundición. Y si a eso le sumamos el T-MEC y sus reglas de origen, entonces se pueden generar buenas oportunidades”, reconoció.
Sin embargo, el propio Gil es enfático al señalar que a los proveedores nacionales les falta desarrollar proyectos de valor para tratar de alcanzar a los líderes del sector a nivel global.
“México se ha enfocado en la manufactura de altos volúmenes de fundición en un solo metal, pero a sus proveedores les falta desarrollar propiedad intelectual en cuanto a dar el salto y generar una tecnología propia y nuevos procesos de simulación, así como de optimización, o bien en cuanto a materiales y aleaciones”, concluyó.
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