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El cambio en los hábitos de consumo de la población, su papel como principal mercado de fabricación de productos de consumo tecnológicos en Latinoamérica y el TMEC son variables que podrían catapultar aún más al país, si se capitalizan.
Si bien el modelo de nearshoring (estrategia de negocios que permite a las compañías acercar los centros de producción a sus mercados de consumo) ha tomado impulso en los últimos cinco años, la pandemia aceleró este proceso y lo llevó a un nuevo nivel.
Pero, en México, ¿qué sectores se han beneficiado de este fenómeno o son susceptibles de hacerlo? Para Ernesto Acevedo, ex subsecretario de Industria, Comercio y Competitividad de la Secretaría de Economía, el sector eléctrico-electrónico y, en general, todos los relacionados con la Industria 4.0 y la digitalización de procesos, son aptos para hacerlo.
Durante su participación en el webminar ‘Relocalización y nearshoring. Perspectivas para México’, Acevedo destacó que, con respecto a este tema, hay que concentrarse en el desarrollo de proveedores nacionales, ya que México cuenta con una vocación de trabajo que sin duda es una fuerza motriz importante, dada la coyuntura.
Para Tatiana Clouthier, secretaria de Economía, la oportunidad para el sector también es real. Tan es así que, durante su última gira de trabajo por Washington (realizada a mediados de septiembre) se reunió con representantes de tecnológicas como Semiconductor Industry Association (SIA) e Information Technology Council (ITC), así como con directivos de Intel y Amazon, con el objetivo de instarlos a que relocalicen sus cadenas de suministro en México, según informó la SE en un comunicado.
Hábitos de consumo
Otro factor que incide en la creación de nuevas oportunidades de negocio para los integrantes de la cadena de valor de la industria eléctrica-electrónica nacional es, sin duda, el cambio en los hábitos de consumo de la población, la cual ha virado hacia una mayor utilización de teléfonos inteligentes, computadoras y videoconsolas.
Derivado de la pandemia, la demanda de productos electrónicos y eléctricos ha aumentado considerablemente.
El problema para algunos y, oportunidad (a mediano y largo plazo) para otros, es que este aumento ha provocado la escasez de algunos elementos clave para la fabricación de muchos de los productos de este sector, como los semiconductores y chips, los cuales se fabrican mayormente en Taiwán y Corea del Sur, países que controlan el 56% y 18% de la producción mundial de semiconductores, respectivamente, según datos de Statista al primer trimestre de este año.
Ante este contexto, el Nearshoring, como afirma Luis Fernando Guzmán, especialista en tecnología y electrónicos para México y Centroamérica de Maersk, le permitiría a las empresas de la región “responder de forma más ágil a la creciente demanda y hacer frente a los desafíos que el aumento de volumen de importaciones está generando en los principales puertos de Latinoamérica”.
Asimismo, en su informe titulado “Logística integrada y digitalización: Los desafíos del Nearshoring para la Industria tecnológica en América Latina”, el ejecutivo de Maersk hace hincapié en que el aumento en la demanda de ciertos productos, como los electrodomésticos, ya ha beneficiado al mercado mexicano.
“México destaca por ser el principal mercado de fabricación de productos de consumo tecnológicos en Latinoamérica. Su industria va desde el diseño y fabricación de componentes, el sub-ensamblaje, hasta la manufactura de productos finales en rubros como la telefonía, computadoras, y electrodomésticos, por nombrar algunos.”
Nuestro país es, desde 2019, el mayor socio comercial de Estados Unidos. El valor comercial de intercambio entre ambos países es de 614 mil millones de dólares y, hablando del sector eléctrico-electrónico, México es el primer destino de nearshoring para las transnacionales norteamericanas de computación, electrodomésticos y electrónica de consumo, de acuerdo con información de Maersk.
Sin embargo, el aumento en la demanda de ciertos productos tecnológicos y la necesidad de diversas empresas, muchas de ellas asiáticas, de instalarse en México, para poder acceder al mercado estadounidense, dadas las nuevas regulaciones del T-MEC, son variables que podrían catapultar aún más al país, si se capitalizan.
“La ubicación geográfica estratégica cercana a Norteamérica, el gran potencial de producción de energía, la gran variedad de recursos naturales y la mano de obra cada vez más especializada hacen de América Latina una región que se verá muy beneficiada de las ventajas del Nearshoring, tanto en su desarrollo económico como en su capacidad de satisfacer la creciente demanda interna”, concluyó Guzmán.
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