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En los últimos años se ha venido generando una ola de especulaciones y tendencias entre los autos de combustión interna y los autos eléctricos. En la realidad, esta controversia ha venido aclarándose a medida que los grandes fabricantes de automóviles de combustión interna están ya en la pauta de poner en el mercado nuevos modelos de autos eléctricos en competencia con sus propios modelos de combustión interna.
Los automóviles eléctricos nacieron casi al mismo tiempo que los autos de motor de combustión interna durante el siglo
pasado.
Estos quizá no obtuvieron éxito por varias condiciones, entre las cuales se encontraban la estructura y capacidad de suministro eléctrico, los costos y precios de fabricación, la competitividad en el abastecimiento de los combustibles fósiles, entre otras restricciones más.
Ahora bien, ¿se pueden imaginar un
tanque de guerra durante la Segunda Guerra Mundial cargando sus baterías
durante la batalla?
Evidentemente no, sin embargo, en estos últimos años estamos viviendo una espiral vertiginosa en la trasformación tecnológica y digital divirtualigente que impactan en los diferentes sectores productivos, económicos y sociales a nivel global.
Dentro de estos cambios se encuentra la ya famosa trasformación de la fuerza de combustión interna a la fuerza electromagnética en los automóviles. Esta mutación, que cada vez es más contundente, está sucediendo en función directa de las capacidades instaladas de las redes de energía eléctrica, los sistemas electrónicos embebidos, la digitalización de los procesos, las comunicaciones más eficientes, las velocidades de procesamientos en nano segundos, la compilación mejorada de los algoritmos, la ciencia de datos, las cadena de bloques, los sistemas autónomos, los procesos productivos flexibles, los costos, la movilidad y el calentamiento global, entre otros elementos que contribuyen a este avance. ¿Podrán imaginarse un robot de combustión interna?
La tendencia actual está enfocada en el desarrollo e innovación más eficiente y competitivo del auto eléctrico en referencia con el de combustión interna, mediante el desarrollo de las capacidades de reservas de energía, la autonomía, la integración de menos componentes de desgaste, el peso y otras características y circunstancias propicias del mercado para que cumpla esta conversión.
Finalmente, el mercado seguirá cambiando vertiginosamente en lo referente a la trasformación tecnológica y digital, por lo cual es imprescindible estar al último nivel de competitividad en el conocimiento y la implementación para continuar creciendo en el desarrollo del auto eléctrico, futuro de la movilidad inteligente.
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