La automotriz estadounidense decidió que en su planta de Cuautitlán, Estado de México, además de producir el modelo Mustang Mach-E también será fabricado un segundo vehículo del cual todavía no se ofrecen más datos.
El argumento de peso entre los directivos de Ford para elegir a México es que recientemente se modernizó la factoría antes mencionada y quienes laboran en ella recibieron un minucioso entrenamiento para cristalizar la nueva apuesta de la armadora, una producción de vehículos eléctricos de elevada calidad. Además, la cercanía con la matriz de la firma en Estados Unidos también resultó clave.
Pese a la buena noticia que representa para el sector en el país, la decisión no fue bien recibida por el United Auto Workers (UAW), el mayor sindicato automotriz de Estados Unidos al que están afiliados la gran mayoría de los empleados de Ford.
A través de una carta, Gerald Kariem, vicepresidente de UAW, hizo hincapié en que la armadora incumplió su palabra de producir un modelo eléctrico en Ohio.
“Desafortunadamente, Ford Motor Company ha decidido que no cumplirá su promesa de agregar un nuevo producto a OHAP y, en cambio, tiene la intención de construir el vehículo de próxima generación en México”, subraya Kariem.
De esta manera, Ford refrenda su confianza en México para darle vida a una nueva generación de vehículos que, fuera del continente americano, solo se fabrica en China, esto en alianza con la armadora asiática Changan, una de las cuatro grandes fabricantes de automóviles en la “Tierra del Dragón”.
Así las cosas, para los proveedores mexicanos se abre una nueva ventana de oportunidad para acercarse a Ford y tratar de integrarse a su cadena de suministro.